Sobre el surgimiento del cine bélico

Vi “Wings” (“Alas”, 1927, EE.UU.), película de cine mudo dirigida por William A. Wellman [1896-1975], con guion de Hope Loring y Louis D. Lighton, basados en una historia de John Monk Saunders. La fotografía es mérito de Harry Perry (aplausos) y el reparto está conformado por Clara Bow, Charles 'Buddy' Rogers, Richard Arlen y Gary Cooper, entre otros. La cinta fue producida por Paramount Pictures y, hay que decirlo, se convirtió rápidamente en un filme de culto. La obra narra las vicisitudes de un amor que se deja en casa y una amistad entre pilotos de combate, durante la Primera Guerra Mundial [1914-1918]. Sobre esta película hay mucho que se ha escrito, y son muchos los datos anecdóticos. Mencionaré algunos, los que considero más importantes. Para empezar, fue la primera cinta que ganó el Oscar a “mejor película”, el mismo año de creación de los premios de la Academia estadounidense (también ganó ese año el Oscar por “mejores efectos especiales”, mérito de Roy Pomeroy). Segundo, la productora contrató un director y a varios actores que lucharon en los aires europeos, para lograr un mayor realismo en las escenas. Tercero, el filme fue rodado con un presupuesto que, a dólares de hoy, sigue siendo de los más abultados en la historia de esta industria. Las escenas de combate aéreo (que requirieron casi una centuria de aviones de combate y más de trescientos aviadores militares, así como cerca de cuatro mil soldados como extras) y la ambientación de la guerra de trincheras en amplios espacios preparados para ello en Texas, dejan en claro que estamos ante una de las más costosas y preparadas producciones de la historia. Cuarto, esta obra estrenó diferentes encuadres de cámara que se siguen usando hasta el día de hoy en el género bélico, de manera que estamos ante una película pionera de las muchas cintas de guerra aérea que se han hecho hasta el momento; a fin de cuentas, las escenas de combate aéreo son muy emocionantes, pero más que ello, admirables, atendiendo las dificultades de filmación y fotografía de la época (¡y en esos aviones!). Quinto, Wings fue uno de los primeros filmes en mostrar a dos hombres besándose y también una de las primeras obras que mostraron desnudos de una mujer. Y sexto, con ocasión de su 85° aniversario, se hizo una restauración en el año 2012 (que fue la versión que vi) y nuevamente fue relanzada para su 90° aniversario en 2017, siempre con gran éxito taquillero, de manera tal que muchas décadas después sigue moviendo la caja registradora. Para concluir con este listado, ya entendemos porque esta es una de las más famosas películas bélicas de todos los tiempos, aunque no es, de lejos, la mejor. Si bien las escenas de combate aéreo son muy emocionantes, las escenas en tierra no tienen tal intensidad, pues se quedan con el cliché sentimentaloide exigido en ese entonces para el negocio.

Además, predomina la imagen impuesta por el victorioso, aunque no deja de mostrarse la caballerosidad que rigió entre los pilotos enfrentados, de manera tal que hay ciertas concesiones al enemigo alemán. Igualmente, como suele suceder en las cintas bélicas gringas, se exalta esa rebeldía, sumada al orgullo indomable y valentía soberbia, de sus soldados. Llama mucho la atención, y valdría para un estudio más profundo, el biotipo de soldado estadounidense, inglés, alemán, italiano, ruso, etc., que el cine bélico nos vende. En este sentido, la imagen del guerrero estadounidense poco ha cambiado hasta nuestros días, asunto del que hablé hace poco en una reseña reciente sobre la película “Midway” (EE.UU., 2019, Dir. Roland Emmerich).

Ahora bien, a la película le hizo falta mostrar las penurias de las cicatrices de la guerra, en el sentido de que nadie (y más en esas guerras de desgaste donde, al finalizar, los límites de lo debido y lo indebido se desdibujan cuando la barbarie se vuelve cotidiana, cuando se vuelve rutina), pero nadie, regresa a casa sintiéndose un héroe, nadie retorna al hogar como si fuese de lo más fácil enlazarse de nuevo a la vida que se dejó antes de ser reclutado. Le quedó faltando retratar ese dolor y angustia que muchos veteranos han padecido en silencio, temiendo ser considerados cobardes o enfermos, penurias que apenas empezaron a ser reconocidas como secuelas dramáticas que no puede ser ignoradas por la sociedad, ni por el cine. 

A pesar de todo ello, y si recordamos que no tenemos derecho a juzgar una película desde nuestros estándares actuales, so pena de ser anacrónicos, puedo concluir que, para su momento, este filme fue, en muchos aspectos, revolucionario, no solo en lo estético, sino también en lo narrado. Es, pues, una obra que debe ser vista con respeto, pues marcó profundamente uno de los capítulos de la historia del cine en general y del bélico en especial. 2020-10-15.




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