Vi “A Quiet Place” (EEUU, “Un lugar en silencio”, 2018) dirigida por John Krasinski [1979-], con una reconocida trayectoria como actor cómico (v.gr., en la serie de TV “The office”) y una lista modesta en cuanto sus direcciones (esta es su tercera película). El guion es fruto de un trabajo colectivo (Scott Beck, Bryan Woods y el propio director). La música es mérito de Marco Beltrami (aplausos) y la fotografía de Charlotte Bruus Christensen. La protagonista es bien reconocida: Emily Blunt, aunque no me parece que esta haya sido una de sus obras maestras. El otro protagonista es el propio director: John Krasinski, acompañado de Millicent Simmonds (aplausos, por demás, en la vida real, tiene una discapacidad auditiva). La narración se centra en un ambiente postapocalíptico donde una familia (padre, madre e hijos, donde la hija mayor es sordomuda) tiene que evitar cualquier tipo de ruido para no ser asesinados por unos monstruos ciegos, pero con buenos oídos. La trama, tal cual, ahuyentaría a un amante del buen cine, máxime si se percata que está ante una película comercial al cien por ciento. Es esta una de las cintas que uno ve con incredulidad, pero que luego el balance termina siendo algo más positivo que negativo. Y digo esto, de una vez, porque estamos ante un típico filme comercial pero que no desestimó la técnica y el buen gusto al momento de hacer lo que le dejaban hacer (en el cine comercial, la última palabra es de los productores y financiadores, más que del director). Empecemos por lo formal: el sonido (paradójicamente, tratándose de una obra sobre el silencio) es muy bueno. No en balde, ha recibido nominaciones y premios por este asunto. La banda sonora está bien escogida y los sonidos ambientales muy apropiados para las escenas. En cambio, la película flojea en la caracterización de los protagonistas (tal vez el papel que hace Millicent Simmonds, quien hace de una adolescente con problemas auditivos es la mejor actuación de todas), lo que sugiere una no muy exigente dirección artística o simplemente no se les permitió a sus actores mostrarse mejor. Una cinta sobre el silencio daba todas las posibilidades para que los protagonistas se luciesen, al mostrar su capacidad dramática más allá de las palabras. En cuanto a la narración, la misma es predecible y, además, inverosímil. Vamos por partes. El guion carece de una personalidad que le permita al espectador saber qué esperar y cómo evaluar lo que se le presenta: está entre el thriller y el terror. Agrego que un filme, hasta los de ciencia ficción, deben ser creíbles en sus pasos narrativos y no sobrecargarse tanto en un personaje porque termina generando un malestar innecesario en quien ve la obra. En este caso, de todo le pasa a la madre Evelyn Abbott (Blunt). Igualmente, el tema de los monstruos genera más dudas de las necesarias. Es bueno no darle todo servido al espectador, pero tampoco lo opuesto. Solo dejo una perla: varias veces se le informa al espectador que eran indestructibles, pero al finalizar no lo eran… ¿nadie se había enterado antes? Y esta perla se suma a otras: si los miembros de la familia podían hablar y gritar al lado de la cascada, si estaban seguros allí, ¿por qué no vivieron al lado de dicho lugar? Finalizo lo de la previsibilidad con esto: la cercanía en el desenlace narrativo con “Mars Attacks!” (1996, Dir. Tim Burton) termina jugando en contra de la película. Esto me lleva a ratificar lo previsible de la cinta, lo que termina por arruinar el final, por más correcto que haya sido estéticamente. Sin embargo, para alguien que busque un filme sobre la terquedad (y constancia) humana, sobre la lucha por la supervivencia, esta le sería una muy buena obra. Aquí, el embarazo de Evelyn sería una clara manifestación del “genio de la especie” (como diría Schopenhauer); esto es, la búsqueda ante todo por la supervivencia de la especie por medio (e incluso a costa) del individuo. En conclusión, nada del otro mundo, pero por lo menos es una película comercial que respeta la técnica, el buen cine. Entretiene, aunque pasados varios minutos de finalizar, emergen decenas de dudas que terminan por afectar la buena imagen que la técnica y el buen sonido le dejan al espectador. 2019-02-18.
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