Vi “Anthropoid” (RU, 2016), dirigida y coescrita por Sean Ellis [1970- ], quien cuenta con una carrera modesta en cuando producciones fílmicas, aunque se ganó un espacio propio con su primera y tercera película, “Cashback” (2006) y “Metro Manila” (2013). Este filme cuenta con un buen reparto: Cillian Murphy, Jamie Dornan, Charlotte Le Bon y Toby Jones, entre otros. Es otra película sobre el asesinato del SS Reinhard Heidrich, más conocido como el "el carnicero de Praga". Digo que es una obra más, porque este episodio ha generado varias novelas y, hasta donde sé, cinco cintas, incluyendo esta que ahora reseño: 1) “Atentát” (Checoslovaquia, 1965, Dir. Jirí Sequens); 2) “Operation: Daybreak” (EEUU, 1975, Dir. Lewis Gilbert); 3) “Lidice” (República Checa, 2011, Dir. Petr Nikolaev); y 4) “The man with the iron heart” (Francia, 2017, Dir. Cédric Jimenez), esta última la comenté hace poco. Esta película ha obtenido críticas entre malas y regulares. A falta de mejores palabras, la obra es muy rígida y acartonada en sus pretensiones narrativas. Los actores, a pesar de su experiencia, poco pueden hacer para salvarla, dado la rigidez impuesta que termina por volver poco creíble el drama personal de los dos comandos checoslovacos, Jozef Gabcik y Jan Kubis, encargados de la operación “Anthropoid”. La acción bélica, por su parte, logra entretener y lo hace mejor que el componente dramático, pero tampoco logra llevarse grandes aplausos. El balance final es regular; esto es, modesta en sus pretensiones pero eficaz en cuanto un entretenimiento básico. Sin duda alguna, la obra de 2017, del director Cédric Jimenez, logra atrapar de mejor manera el drama de la historia e, incluso, tiene mejores escenas bélicas. Y Jimenez logra esto pues no sólo observa la visión de los comandos checos, sino también del propio Heidrich. Ahora, no quiero dejar pasar la oportunidad para mostrar lo que significó para la época esta acción épica de los comandos. Desde el contexto político, el gobierno checoslovaco en el exilio quería dar una señal hacia su país y hacia los ingleses, de que era una fuerza política y militar vigente, a tener en cuenta. Además, asesinar a Reinhard Heidrich no sería solo un golpe contra el enemigo nazi, sino también un acto de venganza, en épocas de guerra, hacia quien tanta maldad desplegó contra el pueblo de dicho país y los judíos europeos (fue el artífice, junto a Eichmann de la “Solución final”). Sin embargo, bien sabían los comandos y la resistencia checoslovaca, que esta acción no se quedaría impune. Era, en cierto sentido, una misión suicida, pero también sabían que muchos civiles inocentes serían asesinados, como retaliación. No solo los nazis borraron del mapa, con sus habitantes, un pueblo entero: Lidice. Fueron muchos más los asesinatos cometidos en otras partes, para vengar la muerte de Heidrich y, a la par, producir más terror, como estrategia de control del territorio. Entonces, ¿qué deberían haber hecho los comandos y la resistencia? Este drama ha motivado muchos acercamientos estéticos, tanto por la literatura como por el cine. Pero lograr mostrarlo, en su magnitud, ha sido mérito de muy pocas obras. Así las cosas, idealmente, no deberíamos estar tanto ante una obra bélica, como ante un drama o, mejor aun, una tragedia en su mejor forma helénica. Pero esta idealidad no se concretó en esta película de Ellis. Creo, por lo dicho, que esta esencia trágica aun sigue esperando una obra que la exhiba públicamente, de forma eficaz y contundente, en homenaje a las víctimas de la barbarie. 2018-04-06.
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