Sobre una buena idea en un mal envase

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Vi “My Honor Was Loyalty” (“Honor en tiempos de Guerra”, 2015, Italia), dirigida y escrita por Alessandro Pepe [1987-]. Esta cinta es su primer largometraje y, seguramente para ahorrar costos, él se encargó de muchos aspectos, como la música. El reparto es modesto: Leone Frisa, Francesco Migliore,  Paolo Vaccarino, y Albrecht Weimer. Se trata de una película bélica que indaga por la vivencia de la guerra de un soldado de la Primera División de las SS Leibstandarte Adolf Hitler (no pueden igualarse los SS de los campos de extermino con los SS que combatieron, como soldados, en todos los frente de Europa). Resulta interesante quien termina siendo la narradora (voz en off), cosa que solo se sabe en los últimos minutos de la cinta. La película, según aparece al inicio, no es política; busca mostrar las vivencias y la camaradería de un soldado cualquiera, en este caso, uno alemán, que poco a poco se fue desilusionando de la guerra, de un lado, y del nazismo, del otro, pero aun así sigue combatiendo, por inercia o por honor. Sin embargo, no hay nada más político que ese ánimo de mostrar la guerra por fuera de las ideologías y más desde la visión del soldado anónimo, quien, por luchar en el bando perdedor, terminó en el olvido. Últimamente hay un giro en el cine bélico que busca darle nombre a todos aquellos que murieron, entre vencedores y vencidos, bajo una ideología o simplemente por obligación; un giro que no teme denunciar que la guerra fue dura para todos los bandos (pienso, por dar un solo caso, en: “Under sandet”, Dinamarca, 2015, dirigida por Martin Zandvliet). En este sentido, la idea de darle rostro a los que cumplieron con su deber, me parece interesante. Pero la cinta no logra mayor relieve por problemas internos que van desde las actuaciones mediocres (sumado a que muy pocos parecen alemanes y no muestra el tema de los niños y los extranjeros reclutados por las SS a última hora), una producción muy ajustada (fue una película de muy bajo presupuesto, cosa que queda más que visible con las escenas de combate hecha con grupos de recreación histórica) y algunas escenas poco convincentes (con algunos diálogos ridículos para las circunstancias que se vivían). Dicho con otras palabras, la apuesta político-narrativa del director me parece buena, pero ese contenido se vio afectado por las formas a las que tuvo que adecuarse. Parece ser una buena idea interpretada por un grupo de amigos, fanáticos de representaciones bélicas de la Segunda Guerra Mundial los domingos en la tarde. Tal vez la idea pudiese explotarse mejor, por lo arriesgado de su planteamiento, con una mejor producción, pero este producto, tal como se le presenta al espectador, no tiene mayor valor propio. 2017-09-18.


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