Vi “Kongens Nei” (“The King's Choice”, la “Decisión del rey”, Noruega, 2016) dirigida por Erik Poppe (esta es la primera película que le veo) y con guion de Harald Rosenløw-Eeg y Jan Trygve Røyneland. Basada en hechos reales, expone la invasión nazi a Noruega en 1940 y la forma en la que el rey y su gobierno asumieron con estoicismo las presiones de Hitler para volver Noruega un estado títere. Obviamente, las pocas noticias existentes de esta cinta aluden a la buena aceptación que ha tenido en Noruega, incluso de su casa real, pues obviamente deja bien parada a la monarquía. Sin embargo, llama la atención el silencio de la crítica ante la obra que ahora comento. ¿Por qué? Seguramente porque no ha tenido una amplia difusión, pero también porque la película, si bien está muy bien hecha en cuanto la producción (la escena del hundimiento del barco alemán, de un lado, y el combate entre los soldados noruegos que quisieron frenar el avance de los paracaidistas nazis, son meritorias), sigue siendo una película de lo “políticamente correcto” vuelto historia y cine. Está llena de clichés, pero también hay que decirlo, no son de aquellos que vuelven empalagoso el filme; son llevaderos y no obstaculizan el entretenimiento del espectador. Eso sí, muy importante el énfasis que se hace en la importancia de la monarquía constitucional europea, aquella donde el rey poco o nada interviene en el gobierno, salvo momentos radicales y demasiado críticos que se vuelven leyendas, algunas exageradas, otras acertadas. En este caso, si le creemos a la cinta, la dignidad de Noruega se mantuvo gracias a la decisión del rey de no doblegarse ante las exigencias de Hitler, a pesar de la intermediación del bienintencionado embajador alemán. Incluso, en la historia, este embajador logró poner una fuerza dramática muy interesante entre un coronel del ejército alemán, representante de la fuerza bruta, y un embajador, representante de la moderación y la diplomacia. Se pueden dar clases de teoría política con esta obra. Finalizando, no es nada del otro mundo, aunque no es mala tampoco (la calidad de muchas de sus escenas lo demuestra). Para quien esté interesado en la historia de Noruega puede serle más interesante; sin embargo, quien la vea, no pierda la oportunidad de reflexionar sobre los temas políticos de trasfondo. 2017-06-17.
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