Le Monde
Diplomatique, No. 162 (versión Colombia), Diciembre 2016
Como
siempre, es muy gratificante acceder a un buen periódico dentro de la miseria
informativa a la que nos hemos acostumbrado estar. En este caso, reseño el
número 162 (diciembre de 2016).
Empiezo
con el artículo “Colombia, paz con grises” de Carlos Gutierrez, que explica el
rechazo de amplios sectores de la sociedad colombiana a los acuerdos de paz con
las FARC: “Tampoco consideraron Santos y los suyos el potencial de odio anti-Farc
que reina en amplios sectores sociales, alimentado por años y años a través de
una guerra política sin tregua, y desde los púlpitos de todas las confesiones
religiosas, lo cual fue más notorio durante el mes de campaña plebiscitaria,
que llegó a rememorar a los años en los cuales el gaitanismo fue el enemigo”
(p. 3).
Continúa
el trabajo “Presupuesto General de la Nación, 2017: finanzas para la guerra”,
de Libardo Sarmiendo Anzola, que expone, con datos a la mano, las finanzas
pública y el malestar social que generan: “La hacienda pública juega un rol
determinante: de una parte, mediante la tributación confiscatoria mantiene en
la pobreza a la gran mayoría de la clase trabajadora (en contubernio con los
bajos salarios); de otra, con subsidios que se orientan, con carácter
asistencial y paternalista, a la reproducción de la fuerza laboral y a la
eterna dependencia socio-política y cultural de los sectores populares” (p. 5).
Sigue
el texto “Colombia, una dolida encrucijada histórica”, igualmente de Libardo
Sarmiento Anzola, en el que ofrece su punto de vista sobre la historia del
conflicto armado colombiano.
Pasamos
a uno de los mejores artículos de este número: “Contrarrevolución en la
contrarrevolución” de Renaud Lambert. Explica con claridad el caos económico de
Venezuela y las disputas internas del chavismo. Aquí encontramos la siguiente
cita: “Esta guerra intestina entusiasma a la derecha que desea destruir la
esperanza a la que había dado nacimiento Chávez. También ilusiona a los nuevos
oligarcas de camisa roja, los que sueñan con transformar la lucha de clases que
los llevó al poder en una vulgar lucha de bandidos” (p. 11). En conclusión: “El gobierno venezolano y la oposición
intentan destrabar la tensión mediante una mesa de diálogo. Mientras que
Nicolás Maduro atribuye la crisis a una “guerra económica”, otras lecturas,
incluso del chavismo, señalan factores estructurales del modelo. Entretanto,
los desaciertos oficiales fortalecen a aquellos que quieren acabar con el
régimen”.
Ahora
encontramos “El triunfo del estilo paranoico” de Ibrahim Warde, donde leemos: “La
prensa “respetable” sigue en caída, mientras que los medios sensacionalistas se
adaptan al estilo paranoico a la perfección y ganan cada vez más terreno” (p.
12). Se trata de un interesante análisis del juego político paranoico que lleva
a los populismos al poder.
Aparece
“La debacle demócrata” de Jérome Karabel, que explica con buenos datos el éxito
de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En conclusión, a
Trump lo eligieron los blancos empobrecidos por un modelo de capitalismo
salvaje, blancos a los cuales Clinton no supo hablarles, pues ella era parte del
problema. En esta misma línea tenemos el escrito “El feroz ataque a Bernie
Sanders”, de Thomas Frank: “Ya que los estadounidenses tienen al menos un rasgo
en común: desprecian la arrogancia y son reacios a adaptarse a las órdenes de
los círculos autorizados” (p. 15). En conclusión, se expone cómo los medios,
atendiendo reclamos de una institucionalidad adepta a un modelo económico de
capitalismo global, apalancó a Clintos, logrando la derrota en las primarias
demócratas de Sanders. Ante el electoral estadounidense, Clinton representaba
la arrogancia de un establecimiento que sólo miraba a las bases populares en
momentos electorales. Pero ¿cómo habría sido el resultado de haberse enfrentado
Trump contra Sanders?
En
relación con lo anterior (es decir, siguiendo la línea de análisis del
resultado electoral estadounidense), está “El voto judío frente a Trump” escrito
por Tali Goldman. Hace un estudio de la posición política de las comunidades
judías en Estados Unidos y su accionar en relación con la campaña de Trump,
algunos a favor y otros en contra:
Sigue
en nuestra lectura “El fracaso de la intelligentsia estadounidense” de Serge
Halimi. Sigue la línea del texto anterior: “Resultado: la derecha logró
transformar al anti-intelectualismo en arma política eficaz, en identidad
cultural reivindicada” (p. 18). También: “la gente educada se muestra más bien
favorable, como Brennan, al libre comercio, a la migración, a un aumento de los
impuestos para reducir los déficits, a los derechos de los homosexuales, a la
reforma -progresista. Del sistema penal y a aquella -conservadora- del estado
de Bienestar” (p. 40). En conclusión, los académicos encumbrados (que tanto
rechazaron a Trump) hace rato se han desconectado de la forma de pensar de las
bases populares. Justo por ello su compaña anti-Trump generó tan escaso
resultado.
Pasamos
al artículo “Una piedra en el zapato norteamericano” de Jean Ziegler que
critica el aislacionismo provocado por los intelectuales a partir del caso del
rechazo estadounidense a la actuación del secretario general de las Naciones
Unidas Boutros Boutros-Ghali.
Luego
podemos ver “¿Quiénes son los rebeldes sirios”, cuyo autor es Bashir El-Khoury,
que lo que deja en claro es la complejidad tan alta en lo que atañe al
conflicto armado sirio. Por más que los medios de comunicación intenten reducir
el conflicto a tres bandos (el régimen sirio-Rusia, los rebeldes moderados y
los rebeldes terroristas), la realidad va mucho más allá. Son decenas los
grupos que, según las circunstancias, juegan a ser moderados o radicales.
Otro
escrito, titulado “Democracia abortada”, de Sabine Cessou, hace un análisis del
poco afecto a la democracia entre los señores de la guerra africanos. Esto
aparejado al serio problema de pérdida progresiva de legitimidad de la Corte
Penal Internacional y las amenazas continuas de los países africanos de
abandonar el Tratado de Roma que da lugar a esta instancia judicial, al considerar
que sólo persigue a africanos (genocidas).
En
“El Papa y los pobres”, escrito por Ignacio Ramonet, se expone un excelente
discurso del Papa Francisco sobre la “economía del descarte” y la necesidad
católica de la austeridad. Una gran lección de doctrina social de la Iglesia
que invita a los católicos a evitar el consumismo y denunciar las facetas
oscuras del capitalismo.
Otro
artículo, denominado “Bangladesh frente al empuje islamista”, de Jean-Luc Racine,
expone el caso de cómo Pakistán, India y Bangladesh están actuando contra el
resurgimiento de un islamismo radical que puede hacer tambalear la región.
En
el escrito “Justicia restaurativa, el surgimiento de otra visión”, de Léa Ducré
y Margot Hemmerich, tenemos un buen análisis del caso francés sobre la justicia
restaurativa como forma de evitar la reincidencia. En conclusión, los jueces y
el derecho se han quedado cortos ante el delito, lo que exige medidas
culturales y no solo jurídicas. “En efecto, la intervención de la justicia
suele resultar contraproducente para la resolución de conflictos que implican a
personas en interdependencia-vecinos, familias o colegas, por ejemplo-. La
sanción llega, pero el conflicto permanece, se exacerba. La filosofía
restaurativa, por su parte, admite que los profesionales de la justicia no
pueden actuar en soledad y cambia por completo el sentido de la pena” (p. 29).
Otro
texto, llamado “Los comunes, ¿una luz unificadora para la izquierda”, escrito
por Sébastien Broca, se informa de la teoría de los comunes (bienes de gestión
colectiva, siendo un ejemplo de ello el software libre) como una forma de
superar la dualidad bienes públicos (Estado de Bienestar) y bienes privados
(Estado Neoliberal).
En
“Envejecer en femenino”, de Juliette Rennes, se expone críticamente sobre las
formas de colonizar la vejez de las mujeres, especialmente sobre los patrones
de belleza que se imponen y que “condenan al armario” a la anciana: “Notaba, a
través de palabras y gestos, que dejaba de tener un verdadero lugar en ciertos
eventos propios de la vida social, e iba cayendo en la cuenta de que estos se
organizaban con unos límites de edad implícitos” (p. 33).
Por
su parte, “Amistades en venta”, de Francois Cusset, analiza cómo el capitalismo
contemporáneo ofrece un señuelo peligroso: la amistad generalizada. Excelente
trabajo que opone la “amistad de resistencia” a una “amistad de pacotilla” que
se nos impone desde las redes sociales: “para vender, actualmente es necesario
ofrecer vínculo, calidez conectiva y complicidad sin contenido. La amistad se
vuelve indispensable para el ambiente lúdico y cordial, falsamente íntimo y
engañosamente benevolente exigido por un capitalismo infantil y una sociedad
del narcisismo extremo” (p. 34). “Toda una política de la amistad, que supo
también convertir a la izquierda en un combate político sentimental y
melancólico” (p. 34). “Esta estrecha red de amistades de combate, amistades de
la supervivencia común y de la existencia solidaria, teje toda una
infraestructura afectiva, un comunísimo de ideas, una resistencia estable. En
suma, amigos reales contra amigos de pacotilla” (p. 34).
En
“El arte en expansión”, Carlos Fajardo Fajardo, se informa del paso del
arte-esfuerzo-clasista al arte-barbarie-espectacularidad. El artículo no toma
partido, aunque denota un sentido crítico ante las nuevas expresiones
artísticas, cuando señala que, por dichas expresiones, ya todos nos sentimos
artistas legítimos y legitimados en casa, al momento de decorar. “El bárbaro va
donde encuentra la espectacularidad porque sabe que allí disminuye el riesgo de
detenerse. Porque allí disminuye el riesgo de pensar” (p. 35).
En
el texto “El kung-fu y la lucha de clases”, autoría de Daniel Paris-Clavel, se
hace una buena reflexión de política, cine y derecho. Señala, dando buenos
ejemplos, que el Kung-Fu fue un género de protesta social y política en China.
Sin embargo, en Occidente se ha tomado por otra cosa: entretenimiento puro.
Invita a rescatar este sentido rebelde del cine de artes marciales. “El kung-fu
desempeñó con frecuencia un papel central en las revueltas que atravesaron la
historia de China, ya sea la Taiping (1850-1864) o la de los boxers (1899-1901)
[…] Pero al contrario, uno puede lamentar que las películas de Ken Loach no
incluyan una patada voladora, ese “gesto puro que separa el Bien del Mal y que
devela la figura de una justicia finalmente inteligible” (p. 37).
Entre
las reseñas, observo dos libros bien interesantes, para conseguir: PROLETARIOS
DE TODOS LOS PAÍSES... ¡PERDONADNOS!" de Tomás Várnagy (Buenos Aires,
Eudeba, 2016), que analiza el papel del humor en la caída de los países de la
Cortina de Hierro; y EL TRADUCTOR DE ULISES, de Lucas Petersen, sobre la vida
de Salas Subirat, el traductor de la gran y difícil obra de James Joyce, un
agente de seguros que se atreve a una de las tareas de traducción al español
más complejas en los últimos tiempos.
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