Vi “Ôdishon” (“Audition”, Japón, 1999), dirigida por Takashi Miike (quien
tiene una filmografía muy abultada, pues suele hacer dos o tres filmes por año)
y con guion de Daisuke Tengan (quien a su vez se inspira en la novela de Ryu
Murakami). Estamos ante una película con más leyenda que contenido, pero que,
por tanta expectación que genera, tuve que verla. Me explico. Esta cinta lanzó
al estrellado al director Takashi Miike, primero por el altísimo revuelo que
envolvió a la cinta (fue censurada en muchos países por sus escenas macabras,
entre ellos varios estados de Estados Unidos), segundo porque el guion está
basado en una novela del gran Ryu Murakami, toda una celebridad en la
literatura contemporánea (además de director de una película que he elogiado:
Tokyo Decandence, 1992) y tercero porque se convirtió en cine-hito para el género
Gore. ¿Pero de qué trata la cinta? Sintetizando, un viudo cuarentón, cansado de
su soledad, finge con un amigo hacer una audición para, por este medio,
encontrar una posible nueva esposa, pero resulta que la escogida es una
psicópata. Ahora bien, la cinta es muy correcta en los aspectos estéticos, sin
duda alguna. Además, las actuaciones corresponden con lo que se espera de
ellas. Cuenta con un buen, aunque no perfecto, equilibrio entre la primera
parte (donde domina el suspenso y la expectativa) con los últimos minutos que
son el quid del asunto: florece el repugnante salvajismo que es, a fin de
cuenta, el que convoca al curioso y morboso espectador (entre los que me
incluyo pues, sabiendo a qué me enfrentaba, la vi). Sin embargo, todo queda
abierto a variadas interpretaciones, con los últimos dos minutos de la cinta. ¿Qué
puedo decir de la película? No creo que sea una cinta de terror, por más que
esté ubicada así en casi todas las críticas que he leído. Hay que tener un
concepto del terror muy amplio para cobijar allí las cintas de asesinos
macabros, de torturas salvajes, es decir, Gore. Lo macabro, fruto de confrontar
visualmente los “buenos gustos” del espectador promedio, sugiriendo escenas
sangrientas, no es terror per se. En
lo personal, no me gusta ese tipo de cine sangriento, pues considero que el
drama intenta agotarse en el morbo y no en la astucia del director-guionista.
Pero esta cinta, para salvarla de alguna manera, sí logra un buen manejo
dramático en sus inicios. En conclusión, se aleja de mis estándares de lo que
me gusta ver, pero no por ello puedo descalificarla, pues reconozco de entrada
que es un tema de gustos. En lo que me parece más objetivo, claramente es una
cinta cuidada, correcta, con buena fotografía y que logra, en ciertos momentos,
un interesante nivel dramático, en especial por los efectos de un adecuado manejo
de escenas y de cámaras, con trucos elementales del género a los que aquí se les
sabe sacar provecho (pienso en la escena en la que ella está sentada, en el
suelo, esperando la llamada del viudo y, detrás de ella, se mueve un costal de
manera inesperada, ver el trailer). Ya para finalizar no cuestiono que sea película de culto
del Gore, pero no del terror. Quien la vea, a partir de esa reseña, que lo haga
bajo su responsabilidad. 2017-05-28.
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