Sobre cómo perder la cabeza en los actos, pero aún así poder juzgarlos

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Vi “I Smile Back” (USA, 2015) dirigida por Adam Salky (con sólo tres película a su haber, siendo esta la primera que le veo). Cuenta con un buen reparto, encabezado por Sarah Silverman (aplausos, en especial porque su carrera artística ha estado por los lados de la comedia y no del drama ) y Josh Charles (que no lo hace mal, pero es opacado por su colega). La película narra la vida de una mujer (Silverman), madre y esposa, que ha dejado de tomar sus medicamentos psiquiátricos y se hunde en una espiral de drogas, alcohol y sexo, el cual termina estallando frente a esposo (Charles) y su familia. El filme ha pasado con elogios modestos por parte de la crítica. La mayoría de los comentarios positivos giran en torno a la actuación maravillosa de Silverman que hace el papel de la madre adicta. Sin embargo, el mérito de la película no se agota en eso. Yo creo que tiene carácter propio y muestra con crudeza el dolor interno de una mujer que no es capaz de controlar sus instintos pero es capaz de juzgar sus actos. Además, el final, fuera de la esperanza, me gustó mucho. Cómo ella cierra la puerta ante la mirada de censura de su esposo. Ya en lo que respecta a temas más de análisis, la cinta sería idea para reflexionar los estadios de la inimputabilidad en materia penal y de psiquiatría forense, por ejemplo. Sin embargo, al no ser mi campo, prefiero llevarlo a algo más cercano a la filosofía: es un filme que refleja las pasiones humanas que se entrecruzan. Está el perdón, el amor, la reconciliación y la alegría, a la par que el odio, el miedo, la vergüenza y el dolor. Si se trabaja sobre la naturaleza humana, en especial sobre la vivencia pasional, se encontrará en esta película excelentes excusas para buenas reflexiones. Ideal para aplicar los pensamientos de Hume. En consecuencia, debo señalar que la cinta me gustó, recopilando, porque tiene carácter propio. La recomiendo entonces. 04-08-2016.


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