Le Monde Diplomatique, No. 153 (versión Colombia), Marzo 2016
Este periódico no tiene un hilo temático definido como los anteriores. Sin embargo hay artículos bien interesantes, como suele suceder. Rescato los más importantes: 1) “Él último hielo de la Guerra Fría” que hace un balance crítico especialmente de los países comunistas, como Cuba, que fallaron porque terminaron siendo “regímenes burocráticos que han dado muestra de incapacidad para llevar la democracia a las unidades productivas” (p. 3), es decir, destruyendo la iniciativa social al estatalizar todo. 2) “El tiempo de la cólera” donde señala que como la socialdemocracia capituló ante los embates del capitalismo global, lo que pone en crisis a la izquierda democrática quedando como posibilidad Sander ante la crisis del partido demócrata representado por los Clinton “Fascinados con Silicon Valley” (pp. 8-9), por ejemplo. 3) Sigue esta misma reflexión “Descomposición terminal del social-liberalismo” que plantea la necesidad de una nueva izquierda democrática que se enfrente a la democracia capitalista: “un movimiento de transformación admite el enojo sólo como combustible: el verdadero carburante es la esperanza” (p. 7). 4) “La derecho israelí se radicaliza” analiza cómo el mundo israelí a partir de la descalificación de traidores y topos ha tapado la boca a las organizaciones críticas con el establecimiento; el odio se campea como en la República de Weimar. 5) “Una democracia bien cuidada” que estudia cómo la amenaza del terrorismo y la crisis económica logró lo impensable en Pakistán: que el poder militar se aliase con el poder elegido. Se exige eso sí más innovación para enfrentar el extremismo y radicalismo musulmán. Algo muy similar ha pasado en Polonia donde se pasó del movimiento Solidaridad, como crítica a la dictadura comunista, a una derecha reaccionaria (“Cómo pasó Polonia de Solidarnosc a la derecha reaccionaria”, pp. 26-27). 6) “El desarrollo colombiano en el contexto de América Latina y el Caribe 1945-2015” de Libardo Sarmiendo que, con base en datos, señala cómo el estado de bienestar produjo avances en la lucha contra la miseria en el pasado. Señala, igualmente, que Colombia tiene niveles de pobreza e indigencia más altos que el resto de América Latina y que “La experiencia indica que el crecimiento económico constituye una condición necesaria para enfrentar la pobreza. El mismo, sin embargo, no es suficiente” (p. 22). 7) “América Latina en la sociedad de la información y del conocimiento” (pp. 24-25) que muestra el ranking de las universidades en América Latina, siendo la UBA la mejor renqueada, en los listados mundiales. 8) “El Sahel entre dos fuegos yihadistas” analiza la crisis de los grupos radiales en África occidental, especialmente las rivalidades entre Al Qaeda y el Estado Islámico. Señala el peligro de la radicalización, pues incentiva visiones políticas totalitarias (p. 29) con un alto costo en la inversión productiva y los derechos humanos. La solución: que Europa financie una fuerza militar nacionales o regionales para África: “sólo ejércitos locales están en condiciones de garantizar la seguridad a largo plazo” (p. 29). Igualmente podría servir mercados justos para la producción de teléfonos inteligentes que no terminen financiando la masacre que gira en torno a la minería en dicho continente (“El largo camino hacia un teléfono justo”, pp. 32-33). 9) “Inmigrantes prisioneros de las castas en el Reino Unido” (pp. 30-31) informa sobre cómo ciertas prácticas de segregación en la sociedad hindú han llegado a Inglaterra y cómo este país está intentando luchar contra esto. 10) “En el reloj de arena del tiempo” (pp. 36-37), de Octavio Mendoza, que critica las manifestaciones culturales contemporáneas y posmodernas muy asociadas al poder político: “El poder y la política de cada país necesitan el arte, y les interesa que sus artistas de “última onda” sean también su imagen exterior, como sustentadores de portafolios con sentidos culturales “de punta”, léase globalizantes y posmodernos, es decir, como efigies de la cultura estadounidense prevalente hasta los confines de la tierra, una especie de modalidad de lo absoluto” (p. 37). 11) “Del derecho a la caridad” (pp. 38-39) que señala un cambio en los premios Pritzker” (el nobel de arquitectura) que muestra el cambio de premiar las grandes obras – espectáculo, a premiar obras útiles y comprometidas con el bienestar de la humanidad, pero detrás de este cambio está la forma en que la caridad se vuelve un instrumento del poder económico: la caridad permite salvar culpas, dar buena imagen y producir buenos negocios. 12) Finalmente el artículo de Ignacio Ramonet “Guerras, memoria, justicia” (p. 40) sobre la necesidad de una memoria histórica de la guerra civil española. Recuerda que el deber de memoria nace de Auschwitz “porque aquello fue pensado como un proyecto de olvido” y que el modelo de las comisiones de la verdad fue Sudáfrica (1995).
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