Vi “Spotlight” (USA, 2015), dirigida por Thomas McCarthy (que escoge muy bien sus filmes, y a quien amé por The visitor (2007) y respeté por Win win (2011)) y con guion de Thomas McCarthy y Josh Singer. Cuenta con un reparto de lujo, encabezado por Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams y Liev Schreiber, entre otros. La película narra la historia del equipo periodístico que, en contra de todo, logró hacer público las políticas de ocultamiento y complicidad en la Diócesis de Boston (Iglesia católica) frente a la pederastia de algunos de sus sacerdotes, todo lo cual terminó siendo una bola de nieve que dio voz a las víctimas en todo el mundo y puso en crisis (no sólo judicial) a la propia Iglesia. Ahora bien, el filme, hay que decirlo con claridad, no se enfoca en la denuncia de la pederastia de algunos sacerdotes, sino en la labor de los periodistas que denunciaron la complicidad de altos jerarcas de la Iglesia. Dicho con otras palabras, el objeto del filme no es tanto la denuncia hacia pederastas, sino la exposición de cómo se hace un buen trabajo periodístico. Así las cosas, la cinta termina siendo una gran guía moral para el periodismo (muy útil en los actuales momentos de ridiculez a la que han llegado muchos medios de comunicación por su alianza con el poder). Claro está que da también buenos elementos de juicio para juzgar, como debe hacerse, a quienes abusan de su condición de sacerdotes y más a quienes ocultan dicha situación por miedo al escándalo. En este sentido, soy de los que creo que filmes como éste le hacen más bien que daño a la Iglesia, puesto que dejar en claro sus errores históricos es mucho mejor que ocultarlos (como hizo uno que otro jerarca católico). Igualmente, quedan sentadas las bases para un debate que se da pero que no tiene publicidad por sus implicaciones: ¿no sería mejor para la propia Iglesia levantar la obligación del celibato? Para varias personas, el discurso de prohibición del goce sexual responsable estimula la perversión en algunos de sus miembros. Cambiando de tema, quisiera llamar la atención del gran mérito de la película y que es el gran responsable del merecido éxito que ha tenido: el guion. Éste es poderoso y logra, a mi modo de ver, captar la atención del público por su muy buen ritmo y la forma en que logra exponer la gran labor investigativa del equipo periodístico, llamado Spotlight. Si bien las actuaciones, la fotografía y la música logran ser meritorias, es el guion que permite que lo bueno se convierta en sublime. Llevaba pues un buen tiempo sin sentirme tan atraído por (la forma en que se cuenta) una historia. Es por ello que considero plenamente justificadas todas las nominaciones que ha recibido la cinta (6 para el Oscar, 3 para los Globos de Oro, 1 por mejor guion para los premios BAFTA, etc.). Hay que verla, y pensarla. 24-05-2016.
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