La chica Danesa (2015): Buena, pero tampoco...

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Vi “The Danish Girl” (RU, 2015) dirigida por el reconocido Tom Hooper (quien lleva un impresionante record con sus tres últimas películas, todas exitosas comercialmente: El Discurso del rey, Los miserables y, ahora, con La chica danesa). La película está basada en una novela de David Ebershoff y cuenta con un buen reparto, donde brillan los protagonistas Eddie Redmayne y Alicia Vikander. El filme trata de una pareja de artistas durante el período de entreguerras en Europa, Einar y Gerda Wegener, donde el esposo (Redmayne) evoluciona de ser un reconocido paisajista a un rechazado transexual. Su esposa (Vikander) termina liberando la feminidad de su esposo, al convertirlo en su modelo femenina. Pues bien, la cinta ha cosechado muchas nominaciones en diferentes festivales de cine, comerciales e independientes, en especial por la actuación de Redwayne; además, fue un buen producto comercial que ha arrojado buenas ganancias a sus productores. Sin embargo, como raras veces pasa en estas circunstancias, la crítica ha sido dura con este filme tan exitoso y aplaudido, por varios motivos, los cuales comparto en alguna medida: i) la trama, para lograr la atención del público general, simplificó el drama de la transformación del protagonista (incluso dejando en el vacío el pasado de Einar, dando a entender que su transformación no fue fruto de un largo proceso de autoaceptación sino una secuela desencadenada por la esposa al volverlo su modelo femenina para sus obras), hasta convertirlo en un recorrido simplista que no conmueve seriamente al espectador; ii) la historia, por su larga cadencia en las acciones, termina siendo aburridora e incluso demasiado larga para la forma en que el director se propuso narrarla; iii) la actuación de Vikander termina siendo más impactante que la del propio Redwayne, a pesar de que los aplausos han sido más para este último; y iv) la poca fuerza dramática que termina por hacerlo un producto light para el público general. Le agrego otra crítica, pero ya al proceso de edición: en toda película hay yerros de una escena a otra (un actor puesto en un lugar y en la escena siguiente está en otro, una prenda de vestir que misteriosamente desaparece, etc.), pero en esta cinta dichos yerros se pasan de lo normal. Un ojo acucioso se sentiría algo defraudado al ver tantas cosas como ésta. No obstante, a pesar de estas críticas, la película tiene un gran mérito que no puede dejarse pasar: pone sobre la alfombra roja temas tabú para nuestra sociedad (aunque no creo que logre trasmitir claramente lo que debió significar en aquellos días). En este sentido, da pie para reflexiones sobre temas de género a la vez que podría servir, aunque no sea su objeto central, para meditar el papel de la medicina experimental: resulta que Einar se decide a enfrentar una serie de cirugías experimentales y profundamente riesgosas para cambiar su sexo en aquel entonces. Aquí hay remisión al eterno debate sobre los límites del consentimiento informado en el acto médico. En conclusión, la película no es para nada mala, pero tanto ruido que ha generado lleva a preguntarnos qué tan buena es y, en este sentido, comparto lo dicho por la crítica; sin embargo, una vez hecha la observación precedente, sí considero que vale la pena, pues entretiene a la vez que nos lleva, si queremos, a reflexiones bien importantes sobre discriminación y género que hoy día, a pesar de supuestos avances, sigue siendo un tabú. La recomiendo. 23-05-2016.


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