“Summer in February” (RU, 2013): Buena alternativa ante el drama romántico de Hollywood

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Vi “Summer in February” (RU, 2013), dirigida por Christopher Menaul, quien ha hecho su carrera haciendo cine comercial para televisión. Este filme, basado en hechos reales, que se sale un poco de los trabajos anteriores del director, recrea un drama amoroso entre los artistas “Eduardianos” de principios de siglo XX. La película, digámoslo de entrada, ha merecido fuertes críticas por un guion pobre (de Jonathan Smith), con desenlaces poco creíbles y que narra una historia de amor predecible y carente de entusiasmo. Sin embargo, casi todos los críticos elogian la fotografía (en especial la de los paisajes marinos), la buena puesta en obra que respeta los estándares de la época (vestuario, costumbres, etc.), la música acertada ante las escenas (mérito de Benjamin Wallfisch) y unas actuaciones impactantes de Dominic Cooper, Emily Browning, Dan Stevens, entre otros. A mi modo de ver, el guion no es tan patético como se le pinta. Efectivamente, es un drama de amor que no marca al espectador, pero tampoco lo aburre. Tal vez el toque crítico se deba a que no conmueve de la forma como se espera que un buen drama lo haga, pero aun así se expone una historia desgarradora de fondo como lo es la sinsalida de la heroína que opta por el suicidio justo cuando se creía que el amor podría triunfar. Agrego que si bien la recreación de la época es maravillosa, no sirve de mayor cosa como documento histórico, pues no hay intención alguna de servir a ese propósito en el guion. Tal vez podría reflexionarse, a partir de la cinta, en cómo el amor es la principal fuente de los dramas entre otras cosas porque todo parece indicar que es una de las principales fuentes de dolor en la cotidianidad (Schopenhauer). El deseo insatisfecho explica la angustia por la posesión del amado (Freud) y saber recrear la angustia, de forma crítica o no, es el quid del drama romántico en el cine. Este filme, como lo dije, no logra plenamente recrear esa angustia, pero tampoco está por mal camino. Y si le sumamos sus buenos momentos (especialmente en la fotografía) tenemos una película que puede verse como alternativa al cine comercial romántico (de un optimismo vulgar) que nos invade y acosa continuamente. La recomiendo en los términos ya señalados. 03-06-2015.


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