Sobre la libertad de expresión y las ideologías de los medios de comunicación

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La Revista Semana acaba de informar (ver el texto aquí) sobre la publicación a regañadientes por parte del periódico El Colombiano y la aceptación de la renuncia de un periodista (Akerman) que se atrevió a opinar en contra de la linea editorial del periódico, señalando que los mandatos bíblicos no pueden tomarse a raja tabla y criticando la concepción de "enfermos" que se la atribuye a los homosexuales (ver artículo aquí), entre otras cosas. Luego de leer algo más sobre el tema, quisiera expresar mi opinión al respecto: a) Aplaudo a Semana por publicar esto permitiéndole al lector que saque sus propias resoluciones frente al caso del periodista Akerman y el Periódico El Colombiano. Semana hizo bien en decirle a la opinión pública lo que está pasando, de manera tal que el que esté de acuerdo con lo que hizo El Colombiano apoye al periódico y lo lea con más asiduidad, y quien esté en contra pues que no se acerque ni por casualidad a dicho medio de información. b) Considero que el Periódico El Colombiano tiene todo el derecho de restringir las informaciones y las opiniones que publica, respetando así su ideología (mal haría que la derecha católica no tuviese medios de expresión en una democracia). Sin embargo, esto conlleva que al lector de dicho periódico sólo se le ofrezca una mirada (que es parcializada, como todas) de la realidad. c) Justo por esto, no leo El Colombiano, porque yo, en lo personal, prefiero periódicos que me ofrezcan varias miradas (de todos los colores, de todos las ideologías posibles, etc.) pues considero que así me dan el derecho a formarme mi propia opinión. Entonces, cuando El Colombiano limita las opiniones que publica hace uso de su derecho, pero justo por eso es que yo prefiero ejercer mi derecho a no leerlo. Pero esto es una opinión personal, tan respetable como la del lector que busca este periódico porque sabe qué encontrará en él y prefiere no encontrarse con sorpresas. d) Espero que el periodista Akerman encuentre fácilmente un nuevo medio de expresión rápidamente, puesto que sus opiniones, como las que lo controvierten, merecen ser publicadas. En consecuencia, la libertad de expresión de Akerman tampoco permite amordazar a los medios de comunicación. Lo que se requiere aquí son lectores responsables, que al enterarse de estas cosas se informen más, tomen decisiones responsables y respondan por ellas. 17-02-2015

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