Vi “Pierrot Le Fou” (Francia, 1965), del gran
maestro Jean-Luc Godard y protagonizada por Anna Karina (esposa del director
para la época) y Jean-Paul Belmondo. La película, ícono del movimiento de
“Nouvelle Vague”, es bien extraña para el espectador acostumbrado a narraciones
continuas, sin mucho deslumbramiento simbólico. Trata de un profesor de español
que abandona su familia para irse con una antigua amante, traficante de armas,
en una correría loca y llena de peligros por el sur de Francia. Todo termina
mal (la muerte de todos los personajes) y no podría ser de otra manera dada la
forma de la trama. Tal vez por su genialidad narrativa, que hace que se
enfrente a los estereotipos prefijados del arte fílmico, hace que pase por
aburridora y demasiado compleja incluso para espectadores avezados. Esto me
lleva al eterno debate de la función del cine. La respuesta da lugar a batallas
sin fin, dependiendo de la escuela y de los deseos propios. Yo, en lo
particular, prefiero las revoluciones estéticas en el cine de forma moderada,
no tan salvajes como en la presente película. Es más fácil que la revolución
sea victoriosa si se hace de forma moderada pero a pasos seguros, aunque ha
habido casos donde no ha sido así. Esta película sería bien interesante para
debatir en un cine-club lo dicho anteriormente. De todas maneras, es una
película ícono por su manejo de cámaras y su nueva forma de narrar; sin
embargo, yo tengo mi gusto ya ubicado en otro tipo de filmes. La recomiendo con
los matices ya expuestos. 05-01-2015.
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